NUESTRO OBJETIVO

La finalidad del grupo es la de buscar formas para mejorar nuestra calidad de vida a través del conocimiento y el aprendizaje. El grupo apuesta por la práctica de actividades que fomenten el Envejecimiento Activo y para ello trataremos temas relacionados con la salud, la seguridad y la participación solidaria. Entre ellos, la actividad física, mental y espiritual ó artística, el mantenimiento de la autonomía personal, las relaciones sociales, las actividades de ocio y esparcimiento, la búsqueda de nuevas experiencias y el dedicarnos a todo aquello que nos guste, compartiremos entre todos nuestras opiniones, reflexiones y sugerencias, al respecto.

miércoles, 19 de junio de 2019

Aquellos años 50



Mi querido amigo el gran cantaor granadino Arturo Fernández me envía unas fotografías con referencia a la Fuente del Avellano famosa y me indica que antiguamente los aguadores cogían allí el agua para venderla por las calles.
Esa referencia me lleva a mís años de adolescencia finales de los años 50.
Vivía con mi familia en Madrid en un pequeño piso en el que sus ventanas daban a un recogido patio interior por lo que la cercanía con el resto de los vecinos de otros edificios contiguos provocaba una relación muy comunicativa.Recuerdo aquellos días de verano con las ventanas abiertas para aliviar el calor, eran momentos en el que las conversaciones se divulgaban entre los vecinos sin ningún reparo de tal manera que se convertían en el Facebook de aquellos tiempos.Nos enterábamos de todo. Nada nuevo por otra parte.Nunca me olvidaré de las discusiones de aquella madre y la hija que a voz en grito a menudo se echaban en cara el trasiego que traían con sus amoríos incluso a veces otros vecinos con cierta vergüenza les corregían o el problema de una mujer con su marido cuando éste llegaba borracho y la mujer le reprendía, sobre todo había un caso increíble, la señora del tercero cuando estornudaba su estruendo era tan fuerte que sonaban hasta los cristales de la vajilla. Al fin y al cabo lo mejor era el ambiente familiar cariñoso y solidario en aquello que se necesitaba, no me olvido de aquel balde de zinc que se pasaba entre los vecinos cuando a falta de ducha tocaba lavarse y también gracias a que algún que otro vecino tenía aparato de radio la vecindad escuchaba a través de las ventanas los programas y las canciones de entonces.La TV estaba por llegar.Nunca olvidaré cuando por primera vez escuché a Antonio Molina cantar aquello de la Fuente del Avellano, me parecía increíble, me preguntaba como era posible aguantar tanto tiempo sin respirar manteniendo ese tono tan agudo de voz y con ese sentimiento que solo hoy con el buen cante perdura.
Gracias a mi amigo Arturo he descubierto el espacio de la Fuente del Avellano y pasado el tiempo vuelvo a escuchar su canción esta vez por internet.
https://www.youtube.com/watch?v=r5AeuyR_G0E.