“El tiempo es breve,
las ansias crecen,
las esperanzas menguan,
y, con todo esto,
llevo la vida sobre el deseo
que tengo de vivir”
Los trabajos de Persiles y Segismunda (1616)
Con mi agradecimiento al Dr. Pepe Valencia.Médico gerontólogo y gerontoactivista.
POEMA
15 lustros de una vida.
Tú que naciste y creciste en toda la dictadura, tú que fuiste silenciado, hipotecado y globalizado.
Ahora en verso libre vengo a recordarte las lindezas de tu vida.
Naciste en Madrid un 15 del mes florido, madrileño, apasionado con la ternura en los ojos, gente sana y buen vivir.
En casa te parieron, enfrente de la estación, tiempos de comadrona, agua caliente y palangana.
Cuando los gritos del naciente proclamaban a través de las ventanas que otro inquilino llegaba.
Aquella intrépida vecina para presentarte a la vecindad envuelto en una toalla te sacó al corredor.
Creciste y fuiste a la escuela de los curas que impartían las hostias santas y de la vida el catecismo enseñaban,
a los que no aprendían también daban de las otras que a conocer ayudaban.
En la escuela de la calle fue donde más aprendiste,
donde el que más lejos llegaba era el que más mandaba.
En el kiosco azul comprabas diez de pipas, algarrobas y regaliz.
Te jugabas a las tabas los cromos de los ciclistas.
Lo mismo buscabas pelea con los de la acera de enfrente
que con lo selecto del barrio ibas a contemplar el hacer de la lujuria al solar de la estación.
Sin dejar de trabajar tu trayectoria académica fue de lo más actual
telecos y economía para ganarte la vida sirvieron.
Al llegar a los cuarenta te fuiste de Melibea.
Atraviesas el Atlántico para llegar a las islas llamadas afortunadas.
¡A dónde vas alma de Dios!
Hombre prudente y osado, fiel y mujeriego, sobrio y apasionado, escéptico y creyente, solitario y sociable, inquieto y tranquilo, egoísta y solidario.
Llegó la invasión digital que devastó lo analógico y en la calle te dejaron.
Tú que te atreves con todo, lo mismo pintas al óleo, acuarela o al acrílico.
Tocas la mandolina y si el canario lo pide eres capaz de entonar una isa, la folía o la polka de Fuerteventura.
¿Por qué no te atreviste a pintar aquella Tara divina que embelesó tus entrañas?
Oh! cielos, es el destino o las hadas venturosas,
apareció Melibea la amada que te dejó
para juntarse de nuevo con el Calisto que fue.
Siempre tan oportuno en tomar las decisiones.
Cuanto tiempo ha pasado de aquella aventura naviera.
Tu vida ha sido movida de malestares filiales y cuidados paternales,
también enriquecida de placeres y saberes.
Con el acontecer de la vida que a su paso va dejando,
una mañana aciaga la fuerza del sino descubriste y en tu mente para siempre se quedó.
Llegas a los 75 de gozoso jubilado,
vives la pandemia lleno de incertidumbres y también de precauciones.
Ejerces de ciudadano voluntario.
Fiel pero no servil.
Denuncias con ardor y eficacia la falta de equidad y atención para los que a viejos llegáis.
Te dedicas a escribir y aprender.
A las artes a la música a la literatura que con sus trampas engaña lo que el desengaño enseña.
Paso a paso sigue adelante el camino no dejes de enamorarte y tampoco de asombrarte.
Mientras las piernas no tiemblen,
pon lo que salga de ti para cambiar este mundo que bastante falta hace y para algo viniste.
Chema Menéndez
