martes, 4 de diciembre de 2018

La ilusión


Cuando llegué era media tarde entré en la 
residencia saludé al portero y subí a la habitación. Dejé la maleta me cambié de ropa y bajé a conocer el ambiente que rodeaba aquel entorno. Era un lugar inhóspito en el que nunca había estado, hacía frío, la brisa del mar se agradecía, reconozco que el profundo silencio me sorprendió. ¿Para que había venido yo a ese lugar?
Empecé a caminar hacia la playa de pronto al 
atravesar el jardín la fuente me sorprendió. Me 
dí cuenta de que el cántaro estaba lleno de 
esperanzas y en el agua se reflejaban los 
deseos olvidados. Había venido a compartir 
sueños, inquietudes y también a encontrar lo 
deseado. Que iluso.


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