NUESTRO OBJETIVO

La finalidad del grupo es la de buscar formas para mejorar nuestra calidad de vida a través del conocimiento y el aprendizaje. El grupo apuesta por la práctica de actividades que fomenten el Envejecimiento Activo y para ello trataremos temas relacionados con la salud, la seguridad y la participación solidaria. Entre ellos, la actividad física, mental y espiritual ó artística, el mantenimiento de la autonomía personal, las relaciones sociales, las actividades de ocio y esparcimiento, la búsqueda de nuevas experiencias y el dedicarnos a todo aquello que nos guste, compartiremos entre todos nuestras opiniones, reflexiones y sugerencias, al respecto.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Rocío Fernández-Ballesteros una mujer con vitalidad.


Fue a principios de este siglo cuando terminaba mis estudios de Master de la tercera edad después de jubilarme. En un encuentro que tuvimos sobre el envejecimiento en la Fundación Telefónica me acerqué a Rocío y le pregunté acerca del camino de la jubilación me contestó ENVEJECER BIEN ese era el título de una colección de sus libros que realmente me ayudó a vivir y a seguir aprendiendo.
Hoy día 21 de marzo comienzo de la Primavera me encuentro con un artículo suyo que comparto con todos los que tenéis a bien leer el Blog Nosotros Mayores.

Rocío Fernández-Ballesteros,  catedrática de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad Autónoma de Madrid afirma:

Cuando se es mayor, se experimentan emociones con la misma intensidad que cuando se es joven y los mayores sienten emociones positivas con igual frecuencia que la gente más joven.
Existe una fuerte evidencia de que la experiencia emocional negativa se da en mucha menor frecuencia a partir de los 60 años. Así, a esas edades, existe más expresión de “felicidad”, “gratitud”, “contento” que de “frustración”, “tristeza” o “rabia”.
La conclusión de la mayor parte de autores que investigan el mundo afectivo de los mayores es que en la vejez existe una mayor complejidad y riqueza emocional. Es decir, que en la vejez se incrementa el manejo adecuado de los afectos y que, por tanto, existe una mayor “madurez” afectiva.
Cuando pensamos en el fenómeno del envejecimiento miramos sólo la parte biológica. Tendemos a pensar que a partir de una determinada edad nos espera con los brazos abiertos la dependencia, el declive, el deterioro… Son prejuicios y estereotipos negativos sobre la vejez, elementos comunes de nuestro imaginario sociocultural debido a la valoración positiva de la juventud, la belleza, etc. Envejecer no es visto como una etapa natural de nuestro ciclo vital que tiene sus particularidades, sus peculiaridades, sus posibilidades de desarrollo y crecimiento humano, no es una etapa de involución.

Es verdad que se tienen achaques, y que la enfermedad acecha, pero en términos de felicidad, tenemos una común y equivocada creencia: que los días más felices de la vida de las personas se producen cuando se es joven.

Y es que no pensamos en la vejez como en el aumento de la longevidad, no lo asumimos como un logro de nuestra sociedad aunque se esté disfrutando de un mejor nivel de vida y de una mejor calidad de vida. Haber conseguido cerca de 30 años en la esperanza de vida es una de las mayores proezas del hombre en el siglo XX y un signo de progreso,  pero la sociedad no contribuye a deconstruir las representaciones negativas y los estereotipos del envejecimiento, y por lo tanto, las actitudes y las discriminaciones (“ageism” traducido al español por la Comisión Europea como “edaísmo”) derivados de estas.

Las personas mayores disponen, como demuestran los estudios, de más herramientas y estrategias cognitivas y emocionales para afrontar la vida, a pesar de que, biológicamente, se haya entrado en la decadencia física. A medida que nos hacemos mayores, buscamos recursos para ser lo más felices posible y adaptarnos a las nuevas circunstancias.  Se trata de una actitud vital y positiva ante nuestra propia vida y con el futuro y valorar lo vivido, dar el justo valor a cada cosa, en definitiva, conseguir sentirse vivo.

Es posible que pensemos que los mayores viven resignados a su vejez, que se han acomodado, que se han conformado, que esto es lo que hay y que por eso, al conformarse, son más felices, pues nada esperan. ¡Nada más lejos de la verdad!.

Los estereotipos hacen que no veamos las ventajas de la vejez. Se puede aprender mucho de los mayores, simplemente porque saben más sobre la vida. La experiencia adquirida a lo largo de los años facilita la adaptación a las nuevas circunstancias y condiciones que impone la edad, pues las personas mayores conocen cómo actuar utilizando destrezas y habilidades que ayuden a superar los vaivenes de la vida. Una persona será más o menos feliz en función de sus circunstancias, sus condiciones de vida y su personalidad.

¿En qué medida el contexto (las condiciones socioeconómicas, el estado civil, etc.), la salud y la situación funcional y las relaciones interpersonales influyen en la afectividad (positiva y negativa) en la vejez y en qué medida esos factores son más importantes que la edad? Evidentemente, la salud y la autonomía son importantes; una condición física buena ayuda a sentirse más dinámico y anímicamente más alegre y vital.

Pero la personalidad ocupa también un lugar destacado. Ser optimista es la mejor vacuna contra la depresión, además las personas optimistas se cuidan más y siguen mejores hábitos de salud, ya que se alimentan de forma más adecuada y hacen más ejercicio.


lunes, 5 de marzo de 2018

Llegar a viejo y en el camino estamos.Y nos movemos

Han pasado 7 años desde mi jubilación y en estos momentos me encuentro entre los pensionistas que reclamamos unas pensiones adecuadas al coste de la vida y que no corresponde con ese raquítico 0.25 por ciento.
Como complemento hago también referencia a unas reflexiones que  no han perdido actualidad.
Se publicaron en la revista de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología en las que pongo de manifiesto el trato y atención a las personas mayores que deben ir unidos a los hechos y no a las promesas y paternalismos.