Me interesa mucho el saber para qué vivimos.
Busqué la "conquista de la felicidad" también leí el poema de Bertran Russell entonces comencé a darme cuenta.
Para qué he vivido.
He buscado el conocimiento.
He deseado entender el corazón de los hombres.
He deseado saber porque brillan las estrellas.
Y he tratado de comprender el poder pitagórico., en virtud del cual el número domina al flujo.
Algo de esto he logrado, aunque no mucho.
El amor y el conocimiento, en la medida en que ambos eran posibles, me transportaban al cielo.
Pero siempre la piedad me hacía volver a la tierra.
Resuena en mi corazón el eco de gritos de dolor.
Niños hambrientos, víctimas torturadas por opresores, ancianos desvalidos, carga odiosa para sus hijos, y todo un mundo de soledad, pobreza y dolor convierten en una burla lo que debería ser la existencia humana.
Deseo ardientemente aliviar el mal, pero no puedo, y yo también sufro.
He buscado el amor, primero, porque conduce al éxtasis, un éxtasis tan grande, que a menudo hubiera sacrificado el resto de mi existencia por unas horas de este gozo.
En la unión del amor he visto, en una miniatura mística, la visión anticipada del cielo que han imaginado santos y poetas.
Esto era lo que buscaba, y, aunque pudiera parecer demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo que - al fin – he hallado.
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